Por malas que sean las condiciones en un hospital o centro sanitario, el medio extrahospitalario es inestable por definición. Sin embargo, los equipos de Ambulancia Aerea están preparados para trasladar al paciente con las máximas condiciones de seguridad, pero nunca antes del visto bueno (Fit to Fly) del equipo médico del hospital emisor

Junto con la seguridad y la estabilidad clínicas -sobre las que influye-, el confort del paciente es un aspecto del que desde Ambulancia Aerea tenemos un cuidado especial. No sólo nos importa la patología sino, por encima de todo, la persona que la padece lejos de casa. Por ello sugerimos, en cada caso, el medio y el equipo que la pueda repatriar de la manera más confortable y segura posible.

Los profesionales de Ambulancia Aerea están específicamente formados en medicina de urgencias y emergencias extrahospitalarias, así como en ámbitos como la medicina aeronáutica. Una misma patología no se comporta de la misma manera en superficie que en altura y hay que prever los cambios de presión y saber actuar en cada momento. Para casos especiales, disponemos de un cuadro de asesores por especialidades médicas.

Somos conocedores del espacio aéreo, aeroportuario y portuario. Con el apoyo de nuestros delegados, preparamos la mejor ruta para optimizar tiempo y recursos, dadas las condiciones clínicas del paciente y respetando las preferencias personales tanto como sea posible.

Avión de línea regular:

Para todos aquellos pacientes que estén medicamente estables. Está especialmente indicado para distancias superiores a 1.500 kilómetros. Podemos hacer el traslado:

• En una butaca estándard: la persona tiene que ser autónoma para poder hacer sus actividades básicas, como comer, moverse en distancias cortas o hacer uso del lavabo. Según la normativa de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) no puede ocasionar molestias al resto de los pasajeros (olores, incontinencia, comportamiento inadecuado).
• En extended leg/ Extraseat: para aquella persona que tenga afectada las extremidades inferiores, que tenga que mantener las piernas elevadas o que no las pueda flexionar y que tenga que volar durante más de dos horas. Por motivos de seguridad, tanto en el despegue como en el aterrizaje el paciente tiene que poder apoyar el pie en el suelo de la cabina.
• En litera: dirigido a aquella persona que tiene que estar estirada por su enfermedad. Permite recorrer largas distancias con menos coste que un avión sanitario y con más autonomía de vuelo. Por el contrario, se producen ciertas restricciones en el material médico de abordo y las compañías comerciales necesitan más tiempo para habilitar una litera en un vuelo con otros pasajeros.

Avión sanitario:

Para pacientes susceptibles de presentar complicaciones durante el traslado, que necesiten una atención y unos cuidados intensivos o que necesiten viajar estirados cuando no exista una ruta comercial alternativa que admita litera. Especialmente indicado cuando los hospitales emisor y receptor disten más de 300 kilómetros entre si o cuando la ruta terrestre sea abrupta. La cabina asistencial de estas aeronaves está equipada con una unidad de cuidados intensivos (UCI).

• Monovolumen o Sedan Gamma Alta: para pacientes que han sufrido lesiones traumáticas menores con afectación de miembros superiores o inferiores, excepto la cadera, pero que conservan cierta autonomía. A menudo, estas personas agradecen la comodidad, estabilidad y ligereza de este tipo de vehículo en comparación con las vibraciones de una ambulancia. La persona a cargo de estas dotaciones tiene formación sanitaria y acompaña la persona en todo momento.
• Ambulancia: para pacientes inestables, críticos o potencialmente críticos y aquellos que necesiten ir estirados.
• Tren: la proliferación de la altra velocidad en vía férrea hace muy aconsejable este medio para todas aquellas personas con patología controlada para las que se priorice el confort y para aquellos pacientes que no puedan volar por causas médicas o psicológicas.